Cada 17 de diciembre se celebra el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra las Trabajadoras Sexuales, que originalmente fue concebido como un memorial hacia aquellas mujeres que perdieron la vida siendo víctimas de crímenes ejerciendo su trabajo.
Desde el 2003, se celebra el Día Internacional para poner fin a la violencia contra las trabajadoras sexuales, una efeméride que nació como conmemoración a las victimas de los crímenes violentos que se suscitaron en la ciudad estadounidense de Seattle entre los años ochenta y noventa, perpetrados por Gary Leon Ridgway, mejor conocido como “El Asesino de Green River”, quien afirmó haber asesinado a 49 prostitutas.
Desde el COPRED (Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación) de la Ciudad de México, se han impulsado varias acciones de trabajo en conjunto con organizaciones, colectivos, activistas y las propias PERTS (Personas Trabajadoras Sexuales) para impulsar el reconocimiento y ejercicio de sus derechos sin discriminación, así como la importancia del reconocimiento legal del trabajo sexual como tal: un trabajo.
Estas mujeres que se dedican a una de las profesiones “más antiguas del mundo”, no solo enfrentan la discriminación y estigmatización social, sino que sus jornadas laborales están plagadas de violencia en forma de asaltos, agresiones y violaciones.
Por ello el objetivo de esta conmemoración a nivel mundial, es de mostrar las múltiples y diversas formas de violencia que enfrentan, visibilizar las muertes que nadie extraña o contabiliza, pero sobre todo demandar a los Estados la garantía del acceso a la justicia y el respeto sin prejuicios a los derechos humanos, pues en ocasiones se nos olvida que las personas que ejercen este tipo de profesión, también son seres humanos de carne y hueso que tienen los mismos derechos que todos nosotros.