La iniciativa, impulsada por el presidente Alberto Fernández y que autoriza la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación, fue aprobada en la madrugada por 131 votos a favor, 117 en contra y seis abstenciones luego de un debate de más de 20 horas seguido por decenas de miles de manifestantes.
Los grupos feministas que desde hace décadas luchan por el aborto en Argentina, estallaron en gritos de alegría, pues sienten que su objetivo ha quedado más cerca luego de que la Cámara de Diputados aprobara un proyecto para su legalización.
Según el movimiento feminista, la aprobación de esta ley constituiría una conquista simbólica en América Latina, donde la influencia de la Iglesia católica es muy visible y la interrupción del embarazo está muy castigada a excepción de Uruguay, Cuba, Ciudad de México, el estado mexicano de Oaxaca, las Antillas y la Guyana Francesa.
Desde 1921, en Argentina el aborto es un delito penado con hasta cuatro años de cárcel excepto en caso de violación o de riesgo para la vida de la madre. Aun así, según un informe de Human Rights Watch, cada año se realizan en Argentina entre 371.965 y 522.000 abortos y 39.000 mujeres argentinas tienen que ser hospitalizadas por complicaciones derivadas de los mismos. En 2018, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, pero el Senado argentino la rechazó. A diferencia de entonces, esta vez la iniciativa ha sido impulsada por el Gobierno y cuenta con el apoyo del presidente, pero nadie da por segura la victoria.