Las autoridades de México informaron el domingo de que deportarán a unos 500 migrantes centroamericanos de la caravana que trataron de entrar en Estados Unidos “de forma violenta”, según indicó la Secretaría de Gobernación mexicana en un comunicado.
El Gobierno además ha asegurado que ha logrado recuperar el control de la zona fronteriza con Estados Unidos. “A través del Instituto Nacional de Migración (INM) se procederá a deportar inmediatamente a las personas plenamente identificadas que participaron en estos hechos violentos”, indicó la SEGOB.
Los migrantes, que han recorrido miles de kilómetros para llegar a EEUU, se lanzaron el domingo sobre la valla fronteriza que divide a México de Estados Unidos en Tijuana pero desistieron de cruzar al ser alcanzados por gases lacrimógenos desde el norte, al tiempo que los estadounidenses cerraron la frontera.
Tras el intento, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos ha cerrado al tráfico el paso fronterizo de San Ysidro que comunica San Diego, en California, con Tijuana, en México.
El paso está cerrado en ambas direcciones en este punto, uno de los más transitados de la veintena de accesos entre ambos países y donde se encuentran cientos de migrantes que pretenden pedir asilo en Estados Unidos.