En una espectacular ceremonia en el estadio de Pyeongchang, a 180 kilómetros al sudeste de Seúl, los equipos de Corea del Norte y Corea del Sur, han desfilado juntos y bajo una misma bandera, la que representa en azul a la Península Coreana unida sobre un fondo blanco.
Un momento emocionante porque el Norte comunista y el Sur capitalista llevan divididos desde hace más de seis décadas a la altura del Paralelo 38, la última frontera de la Guerra Fría. A pesar de que ambos mandatarios de estas naciones no hicieron contacto alguno durante la ceremonia, y según versiones de la agencia Yonhap, Kim Jong-Un solo estuvo 5 minutos después de terminar el desfile.
El presidente surcoreano se mostró muy cordial con la delegación del Norte y, además de saludar a la hermana de Kim Jong-un en el palco del Estadio Olímpico, almorzará este sábado con ella y el resto de su comitiva. Se supone que en esta visita, la primera que un miembro de la dinastía Kim efectúa a Corea del Sur en las tres generaciones que lleva en el poder, la hermana del dictador le hará llegar un mensaje personal para seguir adelante con el deshielo entre ambas partes.
«Los atletas de las dos Coreas trabajarán juntos por la victoria, y eso resonará y será recordado en el corazón de la gente de todo el mundo como un signo de paz», se congratuló el presidente del Sur en el acto previo a la ceremonia, informó su Gabinete.
La ceremonia de apertura fue un espectáculo fastuoso de luz y color donde los equipos del casi centenar de países participantes desfilaron al son de clásicos del “K-pop” (“pop” coreano), como “Gangnam Style” o “Hand in Hand”, himno oficial de los Juegos Olímpicos celebrados en Seúl en 1988. En medio de este ambiente festivo, el tema principal fue la paz, tan necesaria en la Península Coreana después de años y años de tensión militar. Junto a las habituales actuaciones musicales de estas galas, destacaron varios momentos especialmente emotivos que hicieron olvidar el frío que hacía en Pyeongchang. Además del desfile conjunto de las dos Coreas, que puso en pie al estadio, los 35.000 espectadores se estremecieron con la canción “Arirang”, un himno tradicional que une al Norte y al Sur. De igual modo, una versión del “Imagine” de John Lennon culminó con mil residentes de PyeongChang dibujando con velas una paloma de la paz.
Después de que el presidente Moon declarara inaugurados los XXIII Juegos de Invierno, la antorcha olímpica hizo sus relevos finales dentro del estadio portada a cuatro manos por deportistas del Norte y del Sur. Al final de una escalera que ascendía hasta el pebetero, la última pareja mixta se la entregó a la “Reina” del patinaje artístico surcoreano, Kim Yu-na, quien lo encendió iluminando la fría noche de Pyeongchang. Con su fuego comienzan los ya bautizados como Juegos de la Paz, donde la medalla de oro más preciada sería cerrar la última herida que queda de la Guerra Fría.
El abanderado de Tongo se llevó una carretada de aplausos pues a pesar que la temperatura llegaba a los cero grados, el desfilo en su traje típico desnudo del torso, este atrevimiento levanto a la tribuna en una estrenduosa ovación.
Cuatro deportistas conforman la delegación mexicana que competirá en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, Corea del Sur.

1. Sarah Schleper: La deportista estadounidense naturalizada mexicana participará en esquí alpino. De acuerdo con el Comité Olímpico Mexicano, ella ha representado al país en competencias internacionales como la Copa del Mundo de Ski Alpino en Soelden, Austria y el Campeonato Mundial de la especialidad en Estados Unidos.
2. Robert Franco: Competirá en la prueba de estilo libre. El mexico-americano eligió competir por México después de clasificar entre los mejores treinta en las Copas del Mundo en Italia y Canadá.
3. Rodolfo Dickson: Nacido en Puerto Vallarta en 1997, el deportista participará en esquí alpino; ha competido en justas internacionales en Estados Unidos y Bulgaria.
4. Germán Madrazo: Calificó en la disciplina de ski de fond; ha participado en competencias de triatlón y en campeonatos de esquí en Turquía, Polonia y Armenia.