Las vaquitas marinas están a punto de desaparecer. En 1995 se tenía registro de un aproximado de 600 ejemplares, actualmente quedan unas 30, en poco más de 20 años, la población de esta especie ha disminuido 72%.
De acuerdo con Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) dedicadas a la conservación ambiental, el peligro de extinción de la vaquita marina “es el resultado de la negligencia y omisiones de las autoridades en la implementación de políticas públicas”, sobre todo en los últimos cinco años, cuando el declive de la población se aceleró.
En conferencia de prensa, los voceros de las organizaciones Centro para la Diversidad Biológica, Comarino, Defenders of Wildlife, Greenpeace y Teyeliz denunciaron que la gestión de Mario Aguilar en la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), entorpeció los esfuerzos para salvar a la vaquita.
Omisiones de Conapesca
Entre las irregularidades que señalaron los defensores destacan las omisiones de Conapesca en la inspección y vigilancia de la veda de ocho especies protegidas, entre ellas la curvina golfina, en Sonora, una zona donde la actividad pesquera de esta especie afectó también a la vaquita marina.
Otra de las fallas de la gestión de Aguilar fue el aumento de las cuotas de captura de curvina golfina hasta en un 86%, entre 2012 y 2017, además de que se otorgaron más permisos para embarcaciones en el Alto Golfo, aun cuando los programas y ordenamientos sugerían que disminuyeran, como consta en la Carta Nacional Pesquera de 2012.