El jefe de la policía del Capitolio de Estados Unidos, Steven Sund, renunció este jueves tras las críticas recibidas por su incapacidad para impedir el asalto al Congreso por una turba de seguidores del presidente, Donald Trump, que causó cinco muertos. La facilidad con que los manifestantes asaltaron el edificio abre un debate sobre su seguridad

La renuncia de Sund, quien había sido objeto de críticas especialmente duras de parte de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, entrará en efecto este 16 de enero, informó una portavoz de su oficina.

El violento episodio protagonizado en gran parte por hombres blancos también ha abierto un debate racial. La respuesta de contención policial vista este miércoles contrastó con las imágenes del pasado verano, cuando las tropas de la Guardia Nacional tomaron las calles de la capital estadounidense durante las protestas contra los abusos policiales contra los afroamericanos.