La atleta de 35 años participó en múltiples competencias como clavadista, en las cuales ganó: dos medallas olímpicas (Beijing 2008 y Londres 2012), cuatro medallas mundiales, 15 panamericanas y nueve centroamericanas.
Tras 28 años de carrera anunció su retiro y así se despidió en su conferencia de prensa:
“Estoy muy orgullosa de mí, de todo el camino que recorrí, de toda esta historia que yo solita escribí… El camino no fue nada fácil, fue un camino muy complicado, desde el hecho de separarme de mi familia, pero mi idea era estar en unos Juegos Olímpicos y ser medallista olímpica, y me siento una mujer muy exitosa. Quiero agradecerle a toda la gente que creyó en mí y a todos los entrenadores que tuve en mi camino”.
Espinosa ha dejado un legado en los clavados. Es una de las deportistas mexicanas más exitosas y la única en conseguir oro en un Mundial; la que ha hecho soñar el himno nacional en una premiación.
Paola está casada con Ivan García, también clavadista y tienen una hija, Ivana, quien con 4 años sigue y disfruta los pasos de sus padres.
A partir de ahora se dedicará a promover su fundación y al cuidado de su familia.