El galardón del premio Nobel de la arquitectura, fue para el japonés de 87 años, Arata Isozaki.
El jurado lo reconoció por ser “versátil, influyente y verdaderamente internacional”.
Isozaki ha construido obras en Asia, América, Europa y Australia, y es identificado por ejercer un puente entre la cultura oriental y occidental.
El arquitecto japonés siguió las tendencias del grupo denominado metabolistas, en el que se integran arquitectos como, Kenzo Tange, Kiyonori Kikutake, Masato Otaka o Sachio Otani.
El grupo de arquitectos japoneses fue fundado en 1960, donde resaltan la arquitectura orgánica y monumental de forma vanguardista.