La semana pasada Facebook, ahora Meta, anunció su cambió de nombre y las nuevas tecnologías a las que se dirige.

En términos sencillos, es un espacio virtual que funciona en paralelo con el mundo real, algo así como los videojuegos, pero mucho más allá, podríamos estar en él.

Este concepto no es del todo nuevo, pues viene desarrollándose desde hace varios años por otras industrias y fue un término creado por el escritor Neal Stephenson para su novela de ciencia ficción de 1992 “Snow crash”.

Los metaversos son la unión de distintas tecnologías: la realidad virtual, la realidad aumentada, el 5G, el blockchain, el almacenamiento en la nube, las redes sociales, los videojuegos.

La compañía dice que se trata de “un espacio virtual social en 3D donde se pueden compartir experiencias inmersivas con otras personas, incluso cuando no pueden estar juntos en persona, y hacer cosas juntos que no podrían en el mundo físico”. Zuckerberg comentó que su gran atractivo es la posibilidad de la interacción de una forma muy similar a como se hace en un entorno físico, porque los seres humanos no están concebidos para tener como intermediarios a las cuadrículas de los dispositivos digitales.

Una de las características será el que ya no se necesitarán cientos de cuentas, solo una, un avatar, un personaje virtual con una billetera, que similar a como pasa en el mundo real almacenará dinero, pero también la información del usuario como contratos y documentos de identidad digitales (basados en blockchain, cadena de verificación).

El metaverso es un trabajo en progreso, y la compañía dice que llevar la idea a cabo por completo tomará entre 10 y 15 años más, y que hay suficiente tiempo para incorporar protecciones de seguridad y privacidad.

“Buena parte de la experiencia del metaverso va a girar en torno a poder teletransportarse de una experiencia a otra”, dijo Zuckerberg, y añadió que “ninguna empresa” construirá el metaverso por sí sola.

Oficialmente, la empresa cree que esto es el futuro del internet.