El bien patrimonial cuenta con ornamentos arquitectónicos únicos; su actividad constructiva inició entre 1525 y 1527

Esta mañana, el Comité del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) aprobó la incorporación del Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción, ubicado en Tlaxcala, a la declaratoria de los ‘Primeros monasterios del siglo XVI en las laderas del Popocatépetl’, cuya ruta forma parte de la Lista de Patrimonio Mundial desde 1994.

En la conformación de la candidatura participaron autoridades y especialistas de la Secretaría de Cultura federal, a través de la Dirección de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el centro INAH Tlaxcala, el Gobierno del estado y el municipio de Tlaxcala; y contó con la colaboración del obispado de Tlaxcala y de los Centros INAH Puebla y Morelos, así como de la propia comunidad.

 

 

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La nominación del Conjunto franciscano de Tlaxcala fue construida siguiendo los criterios II y IV relativos a sitios o paisajes culturales y con los que fue aprobada la candidatura de los Monasterios del siglo XVI:

II) Atestiguar un intercambio de valores humanos considerable, durante un periodo concreto o en un área cultural del mundo determinada, en los ámbitos de la arquitectura o la tecnología, las artes monumentales, la planificación urbana o la creación de paisajes.

IV) Ser un ejemplo eminentemente representativo de un tipo de construcción o de conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustre uno o varios periodos significativos de la historia humana.

Durante la sesión, el representante de México ante la UNESCO, Juan José Bremer, agradeció el reconocimiento otorgado a México, así como el acompañamiento de expertos y evaluadores para proponer la candidatura y lograr la anexión. A su vez, la directora de Patrimonio Mundial del INAH, Luz de Lourdes Herbert, afirmó que con esta inclusión “se reconoce el propio quehacer indígena en diálogo con el pensamiento europeo, que sobreviven hasta nuestros días a través de estos invaluables monumentos y por consiguiente el espíritu un lugar excepcional”. Agregó que esto significa un compromiso para México y Tlaxcala, para “diseñar e instrumentar novedosos procesos integrales de conservación y restauración del bien en serie para su permanencia y disfrute de todas las naciones”.

Con la aceptación de anexión, el monumento se suma a la ruta conocida como ‘Primeros monasterios del siglo XVI en las laderas del Popocatépetl’, la cual incluye 14 inmuebles conventuales de valor excepcional (11 en Morelos y tres en Puebla), construidos por las órdenes dominicas, agustinas y franciscanas.

Todos estos inmuebles fueron inscritos en el listado internacional el 17 de diciembre de 1994, por constituir un testimonio del patrón arquitectónico concebido para lograr la evangelización de un extenso territorio y que compartía, dentro de sus características principales, el uso de espacios abiertos, como los grandes atrios.

Así, esa declaratoria incluyó en una primera instancia los conjuntos conventuales de Cuernavaca, Tepoztlán, Totolapan, Tlayacapan, Atlatlauhcan, Oaxtepec, Yecapixtla, Ocuituco, Tetela del Volcán, Hueyapan y Zacualpan, en Morelos; así como Tochimilco, Calpan y Huejotzingo, en Puebla.

Ahora se suma el Conjunto Conventual de Nuestra Señora de la Asunción, en Tlaxcala, un monumento histórico que desataca por sus ornamentos arquitectónicos únicos, como su torre exenta o su alfarje de estilo mudéjar. De acuerdo con diversas fuentes históricas, la actividad constructiva en el emplazamiento franciscano inició entre 1525 y 1527.

Es el primer monasterio de la orden franciscana edificado en el valle que une a los estados de Tlaxcala y Puebla, coronado al oriente por el volcán Popocatépetl. Es en este lugar donde se realizó la primera versión regional de este modelo arquitectónico, que sirvió de ensayo espiritual, político y estético para comenzar la expansión evangelizadora y constructiva hacia el centro y sureste de México y, posteriormente, hacia los territorios del norte (llegando hasta los Estados Unidos), cubriendo también los territorios desde el océano Atlántico hasta el Pacífico.

Los monasterios seleccionados como bien en serie son representativos de un numeroso grupo que posteriormente se edificó, retomando el modelo arquitectónico perfeccionado en aquellos construidos en las laderas del Popocatépetl que, junto con el de Tlaxcala, son testimonio de la obra arquitectónica y urbana, eje para la reorganización del paisaje, manejo de los recursos, y la introducción de nuevos elementos socio-culturales que se fusionaron con los existentes en un nuevo modelo social.