En Manaia, Nueva Zelanda, se levantó una estatua en nombre de George. Un perro de raza Jack Russell Terrier que se coronó como todo héroe después de rescatar a un grupo de niños del ataque de perros pitbull en 2007 en Nueva Zelanda.
Desafortunadamente, cuando George defendió a los niños fue mordido en la cabeza y en la espalda, y quedó muy malherido.
Tristemente, el pequeño fue sacrificado, el daño sufrido era irreparable, pero su dueño reconoce que falleció siendo un héroe, por esa misma razón su legado quedó eternizado en una estatua dentro de la localidad.
Su dueño reconoce que su amigo murió como un héroe, por lo que quedó inmortalizado en una estatua dentro de la pequeña localidad. La placa dice “En memoria de George, quien dio su vida en Kauae Street el 29 de abril de 2007 protegiendo niños de dos perros salvajes”.