Si bien no es ningún secreto que hay falta de empleo, -aunque se han generado miles- siguen personas esforzándose por salir adelante a través de actividades informales y artísticas.

Ayer que caminaba por el centro de Monterrey vi a dos personas que me llamaron mucho la atención. Una, la he visto varias veces en la calle Hidalgo, quien toca un instrumento -y muy bien, a decir verdad- donde la gente generosa que pasa le obsequia dinero.

Otra, fue en la Macroplaza. Estaba una persona disfrazada de mago con un cartel en el piso que decía: “Mago Merlín, tengo un mensaje para ti, toma uno al azar, tu aportación es voluntaria”.

Después de apartarme para buscar una moneda y regresar a ponerla en su baúl, y por supuesto, tomar mi mensaje, le pregunté que si podía tomarle una foto a lo que la persona gustosa me dijo que sí. Pude ver en sus ojos vida, esperanza.

Otros días de semanas pasadas, donde también pasada por la Macroplaza, me percaté que había mucho comercio informal. Desde la venta de artesanías hasta papas y refrescos. Compré algunas artesanías que me gustaron para mí y mi familia.

Y me quedo pensando en esto:

Si todos nos ayudáramos entre todos y diéramos una moneda que no afecte nuestro bolsillo, a este tipo de actividades o esfuerzos de las demás personas, gente que no conocemos su situación, pasado o vida actual, creo que haríamos una gran diferencia. Impactaríamos para bien.

O bien, si decidiéramos comprar una artesanía, un agua, una botana, que no afecte nuestra salud ni cartera, muy probablemente estaríamos apoyando o mejorando el día de alguien más.

Piénsalo un poco. Y cuando veas este tipo de iniciativas, da de lo que tengas, un poco o mucho, según tu parecer, pero deja que las buenas acciones, el dinero y una vida mejor siga fluyendo para ti y los demás.