El joven acusado de embestir con su auto a una multitud que protestaba contra una marcha de supremacistas blancos en Virginia estaba fascinado con el nazismo, idolatraba a Adolf Hitler y era conocido por funcionarios escolares en su noveno grado por sus convicciones “profundamente arraigadas y radicales”, dijo un exprofesor de secundaria el domingo.
James Alex Fields Jr. también llegó a revelar que le había sido diagnosticada esquizofrenia siendo niño y le habían recetado un medicamento antipsicóticos, señaló Derek Weimer en una entrevista con The Associated Press.
En la secundaria, Fields fue un alumno “promedio”, pero con un marcado interés en la historia militar, Hitler y la Alemania nazi, indicó Weimer, quien fue profesor de estudios sociales de Fields en la escuela secundaria Randall K. Cooper en Union, Kentucky, durante los últimos dos años escolares de Fields.
“Una vez que uno entablaba conversación con James por un rato, empezaba a ver esa simpatía por el nazismo, esa idolatría por Hitler, esa creencia en la supremacía blanca”, declaró Weimer. “Empezaba a salir”.
La policía acusó a Fields de asesinato no premeditado y otros cargos por presuntamente arrollar con su Dodge Challenger plateado a un grupo de manifestantes en Charlottesville, Virginia, el sábado, matando a una mujer de 32 años e hiriendo al menos a otras 19 personas.
Un helicóptero de la Policía Estatal de Virginia utilizado en una respuesta policial a gran escala tras la agresión se estrelló en un bosque en las afueras de la ciudad y los dos agentes a bordo murieron.
Fields, de 20 años, había sido fotografiado horas antes portando el emblema de Vanguard America, uno de los grupos de odio que organizaron la campaña “recuperemos Estados Unidos” en protesta por el retiro de una estatua del general confederado Robert E. Lee.
El domingo, el grupo negó tener alguna relación con el sospechoso, pese a que otro de los grupos de odio que organizaron la marcha del sábado prometió en las redes sociales organizar eventos posteriores que serían “más grandes que Charlottesville”.
El alcalde de Charlottesville, líderes políticos de todas las clases políticas y activistas y organizadores comunitarios de todo el país planearon marchas, vigilias y campañas educativas para combatir los grupos de odio. También exhortaron al presidente Donald Trump a condenar enérgicamente las organizaciones, algunas de las cuales citaron específicamente la elección de Trump después de una campaña de una retórica racialmente cargada como una validación a sus convicciones.