Rosario Robles Berlanga siempre se ha caracterizado por escándalos en el medio político de índole financiero, pues recordemos que fue parte de aquella imagen, que aunque la señora no aparece a cuadro, donde Bejarano es captado recibiendo fajos de billetes por el empresario Carlos Ahumada, acción que muchos políticos afirman fue la causa por la que AMLO perdiera la Presidencia en esas elecciones. También la señora Robles se vio envuelta en una mega deuda a grupo Televisa, por spots de campaña a favor del PRD que no liquidó en tiempo y forma. Y ahora tras una investigación de la Auditoría Superior de Justicia de la Federación, Rosario Robles vuelve al centro de la atención mediática por un nuevo escándalo de desvíos de recursos, pero este inmensamente más grande que cualquier otro que se le haya achacado, mil 311 millones de pesos desviados a empresas supuestamente inexistentes a través de la SEDESOL y SEDATU.

Según tres auditorías forenses realizadas por la ASF a recursos ejercidos en 2014 y 2015, parte de ese dinero fue transferido a Monex y a CI Banco, de donde se dispersó a cuentas domiciliadas en distintos países.

En la Sedesol, Robles estuvo del primero de diciembre de 2012 al 26 de agosto de 2015, y en Sedatu del 27 de agosto a la fecha. El desvío, en el caso de Sedesol, se hizo mediante la contratación de Radio y Televisión de Hidalgo, cuyo convenio y contratos se firmaron en marzo, mayo y septiembre de 2014, así como en enero y febrero de 2015. En tanto, el convenio y contratos realizados por la Sedatu con el sistema quintanarroense de comunicación social fueron firmados en julio, septiembre y octubre de 2015.

La ASF refirió en sus informes que el mecanismo para desviar los recursos consistió en que la Sedesol y la Sedatu firmaron convenios con esas entidades, con la intención de eludir los requisitos establecidos en la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público para las contrataciones públicas.

Los institutos a su vez subcontrataron a 84 proveedores, de los cuales al menos 13 resultaron ser empresas fantasmas, a quienes, en algunos casos, les encargaron parte de los trabajos solicitados por las dependencias.

Las auditorías, identificadas con las claves D17002, D17011 y D17012, fueron concluidas el 19 de enero pasado y su realización fue autorizada por el auditor superior de la federación en marzo, julio y agosto del año pasado, tras recibir denuncias sobre esos ilícitos, por lo que su revisión se hizo con el carácter de forense.

Una vez que las auditorías sean entregadas a la Cámara de Diputados, y si los entes fiscalizados no pueden desvirtuar las irregularidades detectadas, la ASF podrá interponer una denuncia ante la PGR.

En el caso de las transferencias enviadas a Monex se trata de 37.1 millones de pesos, con los cuales se compraron dólares americanos para después ser transferidos a cuentas en China, Ecuador, Bélgica, Israel y Estados Unidos a nombre de desarrollo comercial El Olivo y Servicios Empresariales Helte.

En el caso de CI Banco, el monto depositado ascendió a 28.9 millones de pesos, los cuales, tras su conversión a dólares, fue transferido a cuentas de America Highway Electronics Network y Comercializadora Texdenim, en Corea del Sur, China y Pakistán.