Irlanda del Norte vive estos días una de las peores olas de violencia en la región en años.

Más de 50 agentes de policía han resultado heridos y al menos 10 personas han sido detenidas por las protestas de los últimos diez días en varias ciudades y pueblos norirlandeses.

Manifestantes han incendiado autobuses y automóviles además de atacar a las fuerzas de la policía con bombas caseras.

Los primeros ministros de Reino Unido e Irlanda condenaron la violencia y el gobierno de Irlanda del Norte mantuvo una reunión este jueves para exigir “el fin total e inmediato” de los disturbios, según explica el periodista de la BBC Michael Hirst.

La Casa Blanca se unió a los gobiernos británico e irlandés para instar a la calma.