Hoy, como al inicio del sexenio, escuchar y ver los discursos y los videos en los que el Presidente Enrique Peña Nieto y el titular de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, hablaban de los trenes que “moverían a México”, es solo una promesa.
La constante en los megaproyectos de esta administración son las irregularidades en el manejo del dinero, la asignación, fallas de las obras, retrasos, sobrecostos… y el Tren Interurbano México-Toluca no es la excepción: a 40 días de que supuestamente iniciará operaciones aún no hay certeza de que así sea ante el retraso de las obras, a ello suma la falta de transparencia en el costo de los trenes y que la obra ha aumentado un 175 por ciento su costo respecto al presupuestado inicialmente.